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Historias, leyendas y paseos por lugares de la provincia de Segovia.



Aldeonsancho ,es un pueblo segoviano,pequeño donde les haya,está en mitad del campo como cualquier pueblo que se precie,por los años sesenta ,poco a poco las gentes de este pueblo se fueron marchando a la gran ciudad buscando lo mas vital en esta vida ,un futuro,para ellos y para sus hijos,algunos se quedaron,pero los años no perdonan,y  poco a poco sus casas como en un invierno eterno se fueron quedando frías ,sus calles vacías  ya solo la recorren unos pasos cortos y cansados, los campos se quedaron barbechos de vida,solo la maquinaria agrícola hace las faenas,esos monstruos sin corazón les echaron de sus tierras,
En estas jornadas volvieron a pisar su tierra, de nuevo volvieron a sentirla bajo sus pies,sus aromas a trigo ya maduro,a rocío de madrugada,a oír  la hoz cantar cortando la mies a golpe de sudor,y a veces  lagrimas ocultas recordando su niñez,su adolescencia pasada en su pueblo,que solo tenemos uno y que nadie le cambiaría por nada,aun sigue siendo su pueblo donde tienen encerrado los recuerdos de esa juventud que en estos días añorarían,surco a surco paso a paso,manojo a manojo,vuelta tras vuelta del trillo sobre la parba,



 Dejo llevar mis dedos sobre el teclado dirigidos por lo que percibieron mis sentidos en esas jornadas y llenar este espacio vacío,

Vi a las gentes de Aldeosancho entusiasmadas con revivir esos trabajos de la agricultura,que dejaron atras hace bastantes años,pero creo que a ninguno se le olvidó como coger la hoz,donde ponerse la zoqueta,como afilar esa hoz,atar,hacinar,acarrear,en fin, un monton de tareas que aprendieron de sus padres y abuelos, algunos bien prontito con seis años,dicen que lo que pronto se aprende tarde se olvida y no, no se olvidaron,
Oí cantar la hoz segando ese trigo aquella mañana,a los pájaros de las arboledas de allí cercanas cantando en esa mañana recién estrenada,el gadeo de los cuerpos de tanto esfuerzo,las llantas del carro sobre el camino,arre,vamos bonito,el navegar del trillo sobre la parba recien estrenada,oí ánimos,suspiros y algún que otro lamento

Olí la brisa mañanera donde se recogen los mas preciados perfumes de la juventud,el rocío de mañana,a pan recién cortado,a flor del sauco,a abuela,a hierba mojada,a cardos y  tierra,
olí a pana añeja,a rancios aperos,a sudor de sus cuerpos,fatiga tras fatiga,a campo y   madre,

Palpé tiempos pasados llenos de esfuerzos,de surcos eternos,de espaldas doloridas,
reconfortadas con una fiesta tras una buena cosecha,tiempos duros,muy duros,como sus cuerpos,puestos en el surco desde muy jóvenes,en el surco este de la vida,donde seguirle a veces es tan duro como conseguir llegar al final y tener una buena cosecha de felicidad. 

Saboreé ,la honradez,la satisfacción del trabajo,la convivencia,el respeto a los mayores,la amistad,la humildad del campo en el pasado,y sobre todo la necesidad de mirar atrás,a nuestros orígenes,a un pasado aun reciente, es aun pronto para olvidar y reconsiderar ser un poco mas humildes en estos tiempos que vivimos.



                                     Segando, después de acarrear a las eras se espigaba,
                                  cosa que solían hacer los que no tenían fincas para cuidar unas gallinas.
                                 

El acarreo,el ganado era protagonista,burros,mulos yeguatos o burreños,
Sevillano y Moreno,Tordo y Bragao,Andaluz y Chaparro,Lucero,Reberte,
era importante emparejarlos bien para todas las faenas del campo.


La parba ,se desatan los haces y se extiende en circulo,




La trilla,vueltas y vueltas del trillo sobre la parba desgranan la espiga y tritura la paja

                                                          El acribado,separar la paja del grano,
                                                          (CUANTA FALTA NOS HACE )



Gracias Aldeonsancho por estas iniciativas, por rememorar vuestra señas de identidad,por no olvidarlas,por hacérnoslas recordar, y por la buena acogida que recibimos todos los que allí nos acercamos a convivir en esas jornadas.

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Los pinos les viste de luto riguroso,y el humo ciega mis ojos,un olor profundo a muerte y desolacion recorre nuestro interior y los pueblos de alrededor,las campanas repican buscando ejercito que controle a este 4º elemento de la naturaleza tan destructor como creador de nueva vida,pero ya es tarde para muchos de los insectos,hogares de aves, algunos con sus polluelos,los pinos impavidos  y enraizados a esa tierra no tienen defensa alguna por sus medios,como un jinete del apocalipsis cabalga devorando todo a su paso, es indomable,crea infierno donde solo habia vida ,un pulmon de oxigeno para nuestra vida,un perfume para nuestros sentidos,un patio de ocio para meditar paseando ,un huerto con las mejores esencias de la tierra,( las setas),todo en momentos desaparece, apenas con un pequeño comienzo,una chispa,pero no de vida si no de destrucción,que se aviva aliándose con otro elemento de la naturaleza el aire.
El hombre se defiende con todos los medios posibles,todo en la naturaleza tiene su antídoto ,agua,agua, agua,de nuevo surge otro elemento en la naturaleza,fuente de vida caída del cielo artificialmente,logra aplacar tanta furia desatada,una linea de vida,los cotafuegos deciden tambien,el Señor Otoño llegará de nuevo con sus lluvias y darán nueva vida a  la  tierra,principal elemento en la naturaleza donde sustentar vida,¡contradictoria naturaleza!.





El día después,el silencio hace daño,el olor es único y profundo a humo,el fuego aun devora las entrañas de algún pino,la tierra rota e inerte por tanto calor,sobre ella no queda ni una brizna de hierba ni planta con vida, nos deja imágenes no para olvidar, si no para recordar y poner todo de nuestra parte para extremar las precauciones en todo lo posible para evitar estos desastres que no son mas que imprudencias por nuestra parte y que no solo la naturaleza es la perjudicada,a nosotros, la especie humana, nos pasa factura porque queramos o no formamos parte de ella aún inconscientemente, Debemos ser mas conscientes de que es nuestra casa, nuestro patio de recreo, nuestro paraíso y solo tenemos este y debemos cuidarlo y compartirle con esos pequeños bichillos que no dejan huella a su paso,con la fauna,con las aves que se mecen en el aire,y egoistamente con esos gigantes vestidos de verde eternamente que nos limpian el aire que respiramos repletas de inmundicias que nosotros generamos.


Estas humildes palabras,quiero dedicarlas con mi agradecimiento a los que velaron esta noche nuestros sueños,hombres vestidos de amarillo y verde como nuestra naturaleza,que se juegan el tipo,que no tienen nombre público, apenas caras tras su equipo,hombres que no ven fatigas hasta que no alcanzan su propósito,cortar con el fuego.BRAVO POR ELLOS.

Actuación del grupo de los mas pequeños
"Busca lo mas vital"


Actuación del grupo de Sebúlcor
"Yesterday"



Actuación del grupo de Cozuelos de Fuentidueña
"Fernando"



El sábado pasado 16 de Junio algunos de los pueblos de la provincia conquistaron el teatro Juan Bravo de la capital segoviana, fue una conquista pacifica, tan pacifica que solo emplearon la música,esa gran arma que une individuos, pueblos y hasta naciones.

Al  público, la mayor parte de estos pueblos, Frumales, Adrados, Carrascal del Ríó, Veganzones, Cozuelos de Fuentidueña, Sauquillo de Cabezas, Sebúlcor, Muñoveros y Pinarejos a donde pertenecian los integrantes de las corales que actuaron, no les fué dificil conquistarles,venían ya algo conquistados y ya fueron derrotados definitivamente despues de la actuacion de los más pequeñajos, asistidos por sus fieles escuderos (algo más mayores) cuando atacaron con el tema, "Busca lo mas vital" (El libro de la selva).
Al mando de todos los grupos el capitán José Ramón salieron victoriosos de la batalla empleando las armas más efectivas en estas lides, sus voces, tesón, trabajo y algo de sacrificio.
No hubo heridos en la campaña, alguna que otra lágrima de emoción de los abuelos, madres y algún que otro padre que se resistía, pero que cayó rendido al ver a los pequeñajos en el escenario, más de un prisionero hicieron para la próxima convocatoria, ¿bajas? los medios de divulgación por el poco eco de estas iniciativas de estos pueblos de la provincia.

Todos los grupos atacaron al unísono en el final, victoriosos recogieron su botín, un botín lleno de satisfacción, aplausos y orgullo personal, algo grande para todos ellos y que creo más adictivo y gratificante que lo cotidiano y que deja mejor sabor de boca, por lo que creo que volverán a conquistar de nuevo otros escenarios.

Protagonistas, ellos, un total de unas 150 personas de diferentes generaciones.

Lider e indiscutible, su capitan José Ramón, profesor de música y director.

Enhorabuena y disculpar por las imágenes y sonido.


Esca

A veces, las cosas no son tal y como las vemos, sino como las queremos ver, este sábado volví a navegar por el valle del río Pirón, pequeño río en el que en sus aguas viven bermejas, cachos, alguna que otra trucha y ranas que croan al sol, creando sinfonías acompañadas por grillos y demás bichos que sin partitura llenan nuestros sentidos de campo. Según me acerco paseando a la cueva de la Vaquera -¿estoy soñando o mi imaginación me hace buenas jugadas?-, veo críos junto a sus madres semivestidos con pieles o algo así pero parece que ellos me ignoran o no me ven, ellos a lo suyo, parece que estén recogiendo la pesca de sus trampas, estas parecen estar hechas de mimbre como en forma de embudo. Mientras los críos, alentados por sus madres, no dejan de coger lo que se les pone a mano, cangrejos, ranas, nidos de pájaros, no es un grupo numeroso, son siete niños y tres madres, una de ellas lleva otro niño junto a su cuerpo en una especie de hatillo y en otra de ellas su embarazo es evidente. Se ve al grupo muy vivo, los críos son muy pequeños pero parecen alimañas moviéndose entre el agua, arbustos, zarzas y demás. ¡Que habilidad tienen cogiendo ranas! No se separan mucho de las mujeres y les llevan lo que cogen, una de ellas lo mete en un zurrón negro colgado de su cuerpo. Río abajo les dejo a lo suyo mientras me acerco a la cueva de la Vaquera analizo la escena vivida pero apenas lo asimilo, cuando me encuentro a unos cincuenta metros de la boca de la cueva, no la recordaba así tan al descubierto esa entrada. ¡Estarán los arqueólogos! !Pero que veo! Unos diez hombres y algunos más jóvenes empiezan a subir la ladera dirección a la entrada de la cueva, visten pieles como los que encontré en el río pescando y llevan un ciervo o algo así los dos primeros de la comitiva colgado por un palos largos, sera mejor no acercarme, algunos llevan también palos largos como armas, desde donde estoy veo bien todo, los noto muy contentos y alborotados y a su encuentro salen más críos, mujeres que les abrazan y, un poco mas retrasados, mujeres ya muy mayores y ancianos que levantan su palo en el que se apoyan para andar en señal de victoria. ¡Madre mía, no puede ser verdad lo que estoy viviendo!
- Esca son solo las nueve de la mañana ¿y en ese estado? Recapitulando, amoto, camino desde Torreiglesias, río Pirón, día de la romería de Santiaguillo que celebran los de Torreiglesias en la ermita rupestre, siiiiiiii esa que esta enfrente de la Vaquera, despierta ya-
- !Ufff! menos mal a mi otro Yo que me coloca en mi tiempo. Pues eso, lo que yo decía, alegría, algarabía, cánticos, celebración. ¿A caso ha cambiado tanto la historia?



Ermita de Santiaguillo



Momentos después de la misa, los asistentes bajan al prado prestado por los de Losana para ese día, pues a la coplilla me remito: Los moros de Losana /quien lo creyera /que cambiaron el santo / por la pradera.



El santo, una talla de madera, se trae momentos antes de la misa desde Torreiglesias, a donde es devuelto terminada esta. Me cuentan que cierto año bajándolo desde Torreiglesias en un remolque tirado por un tractor, junto con los músicos de ese año, al pasar las cuestas junto al caserío de Covatillas, volcó el remolque esparciendo ladera abajo tanto a los músicos como a la talla de Santiaguillo.


Devuelto Santiaguillo a Torreiglesias, dicen que terminada la celebración, cuando el valle se quedó desierto de gente, apareció por allí el Tuerto del Pirón, famoso bandolero por estas tierras y allí, en la cueva de la Vaquera, hizo lo propio con sus amigos, agasajándolos con un cordero asado por una boda que no pudo ser, la suya. Digo yo que de quien sería el cordero, antiguamente los bandoleros tenían ética, sería de la marquesa de Covatillas, no de ningún pobre.


Tal día como hoy, 25 de julio, las riveras del Pirón junto a su ermita de Santiaguillo no huelen a prados resecados por sol de Julio, tampoco a fresnos, ni chopos peinadas sus hojas por las suaves brisas de viento que recorren el valle y el croar de ranas y trinar de pájaros, abundantes en la zona, son acallados con más o menos fortuna por esa música y gentío que fundidos con esos aromas nos hace que sea un día diferente en este paraje olvidado durante todo el resto del año.


CANCION POPULAR A SANTIAGUITO

Cuando desde mi pueblo vengo a la ermita
Se me hace cuesta abajo la cuesta arriba
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo.

No sé, no sé que tiene Santiago Apóstol
No sé, no sé que tiene aquí en el Soto
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo,
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo.

El Valle del Pirón con la Vaquera,
La fuente Covatillas y las laderas,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito.

Perdona a los que un día en su ceguera
Nos cambiaron al santo por la pradera.
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado.

Pedimos hoy al Santo que nos permita,
Volver a visitarle aquí en la ermita
Que desde el pueblo, leré, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.
Que desde el pueblo, lere, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.


¡VIVA SANTIAGUILLO !



Unas pequeñas semillas,aportan a la humanidad uno de los sustentos básicos para su alimentación. Sabias en la naturaleza, se aprovecharon del ser humano para proliferar por cualquier punto del planeta. El ser humano antes de hacerse agricultor, simplemente era recolector, la agricultura (del latín agri «campo» y cultūra «cultivo, crianza») se remonta a la cultura del Neolítico, más o menos en la meseta castellana hace ya de esto unos veinticinco siglos.
En esta entrada solo me centraré en los útiles y maquinaria empleada en recolección o cosecha, en otras futuras recorreremos la preparación de la tierra y la siembra.



LA SIEGA




El sílex, un gran descubrimiento,empleado para hacer útiles, empleado también en la caza
en el periodo neolítico, aunque muchos siglos más tarde también se empleo.

   


Pieza de sílex ya manufacturada, pertenecería a una hoz como la que muestro a continuación, esos dientes
la hacían mas duradera y cortante.




Con hoces similares a esta que os muestro en la imagen superior, segarían los cereales hasta el siglo Iº A.C., cuando logran fundir hierro ya las hoces poco variarían hasta llegado el siglo XX y aun están en uso.      
                                      
                                             Segador,metopa de la iglesia románica de Duraton (SG)



 

Hoces,con sus zoquetas para proteger la mano que recogía el cereal y su atillo o fundas de esparto. En este momento de la historia es el mas reconocido por muchos, en mi caso particular, mi padre fue segador a jornal por Tierra Segovia donde empezaba la cosecha un poco antes que por mi pueblo, Cozuelos, que venía algo más tardía.                              




Esta máquina es una segadora, engavilladora y atadora, aun tirada por ganado, ¡un invento¡ En mi pueblo llegó allá por el año 1952. Por esas fechas también empleaban otra similar pero creo que no era atadora y creo, digo, pues nunca vi a ninguna de estas máquina trabajando.



PUES YA LO TENEMOS SEGADO Y AHORA LO ACARREAMOS HASTA LAS ERAS



¿Y que mejor para acarrear, que un carro? Pos si es que no teníamos otra cosa, esto si se como funciona, alguna que otra vez me llevaron en alguno como pasajero, era muuu pequeño para estar en otra posición, ahora si podría estar, un poco borrico si que me he hecho con la madurez.


LAS ERAS 


 

Las eras se preparaban para extender la parva,se la segaba la hierva,y las que nos estaban empedradas se las pasaba el rulo de piedra para asentar la tierra y no perder ni un grano y ya en la trilla para asentar la parva.


LA TRILLA






Trillo,descendiente del tribuum romano, en Cantalejo (SG) se fabricaron y los vendieron casi por toda España, fue una época floreciente para las gentes de este pueblo, apodados "briqueros" y con jerga propia, la Gaceria. Y ya lo avisé, la piedra de pedernal o sílex se empleó hasta el siglo XX, ¡Que curioso! Pero claro después de vueltas y vueltas con el trillo sobre la parva el grano quedaba junto con la paja.

                                          Vídeo  - Justo empedrando un trillo en Cantalejo 

AVENTAR, ACRIBAR



   
Esto es una máquina de aventar o acribar, antes de que llegara este artilugio el viento era el que mandaba, o a sacudir la criba, separar la paja del grano nunca ha sido fácil, aun en nuestros tiempos es ardua tarea.



   
La trilladora, llegó a mi pueblo por el año1955, era un monstruo de poleas y correas, se tragaba todo lo que le echaran y devolvía la paja por el tubo de atrás, como un feroz dragón escupe su fuego, el grano ya salía limpio y se recogía en sacos. Su problema... era estática, pues era eléctrica, fue la precursora de la máquina cosechadora.


LOS PRIMEROS TRACTORES












LANZ, otro monstruo, en 1960 llegaron los primeros a mi pueblo, el Ebro Super 55, Masey Ferguson. Y por fin llegó la máquina cosechadora, la Averda, que cosechó en 1964 pero de esta no tengo afoto, pero sí de la de mi amigo el Gallo y de su tractor.

                           





¿Que os parece? Aire acondicionado, asiento neumático de mil posiciones, radio CD, programador de todo todo, circuito interno de TV, sensores de todo tipo, etc, etc etc. ¿Pero sabéis lo que cosecha por día? Unas 60 obradas de media. ¿ Sabéis cuantos jornaleros se necesitarían haciéndolo a la antigua usanza? Unos 750 (+ -) para un solo día. Es curioso, y eso en tan solo unos cincuenta años que hace que desapareció el trillo y el ganado de tiro, la hoz hasta hace unos 50 años aun se utilizaba y se segó con ella la friolera de 20 siglos largos. 

Y EN TAN SOLO 50 AÑOS  ¡ES LA LECHE!

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Tambien os resultará muy interesante--https://miniaturaspablo.blogspot.com.es/

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Señor Uge, maestro, buen amigo y padrino del pequeño blog Conoce tu Comarca que nació gracias a ti, te felicito por esos diez años de tu WEB DE SEBULCOR, una WEB con mayúsculas, donde creo yo, y no me equivoco, pusiste algo más que tu tiempo, fuiste pionero y a través de ella diste a conocer "Un pequeño pueblo segoviano enclavado en el corazón del Parque Natural de las Hoces del río Duratón", a donde estás ligado con el corazón.


Acercaste las fiestas a los que no podían estar en ellas, que a buen seguro añorarían viendo las imágenes que colocabas en vivo y en directo, y por otro lado se sentirían más cercanos a su pueblo, Sebúlcor, gracias a ti.
Nos hiciste participes con la foto de la semana y alguna que otra historia, y poco a poco, como es mi caso, me metiste el gusanillo, ¡GRACIAS POR ELLO UGE!
Pusiste el contacto para estar al corriente de las noticias y amigos.
La grandeza que tienes, Uge, es que durante estos diez años tal vez no fuiste lo suficientemente agradecido por ello, y en alguna ocasión hasta fuiste criticado sin ser tu el culpable de algún desaguisado, pero tu siempre ahí estabas, con tu constancia y con tu inseparable cámara para dejar testimonio de una crónica e historia de ya diez años atrás de "Un pequeño pueblo segoviano enclavado en el corazón del Parque Natural de las Hoces del río Duratón"


Gracias Uge, a seguir así y felicidades. 


Esca

Aquella mañana tampoco llegó, estuvo esperando toda la mañana sentado bajo la encina, en esa piedra aparente casi para esperar. -Otro día vendrá- se dijo, y poniéndose su sombrero de paja y agarrándose a su garrota se encaminó a casa en ese día de verano que para Luis fue una mañana más, como otra cualquiera, eso si, algo cabizbajo, llevaba ya esperando la visita algún tiempo, -sus razones tendrá para no venir- y frunciendo el ceño siguió su camino, camino entrecortado y lento, entre enebras centenarias, ya recorrido ¡¡ tantas veces!!.

Por la tarde, después de echarse una buena siesta, Luis se paseaba un  ratejo por la ribera del arroyo que por su pueblo serpenteaba, Matajudíos le llamaban, él muchas ocasiones se preguntaba el porqué ese nombre a un arroyo, pero después de cavilar un rato terminaba diciéndose, -sus razones tendrían los antiguos para ponerle este nombre- y, poco a poco, pasaba el día, las semanas, los meses, en fin, el tiempo, sin sorpresas ni sobresaltos, simplemente pasaba, que no es poco. Ya cuando la tarde caía se pasaba por el huerto, tenía cuatro plantas de tomate, unas de calabacín, unas sandías y melones de los de antes, cuyas simientes recogía él mismo el año antes, y también acelgas y, como no, berzas con las que estaba encantado viendo su vigor. Del mismo arroyo, por un senderillo, bajaba y cogía, con un  cubo de hojalata, el agua para regar su huerta, le resultaba muy grato el huerto y se le pasaba el tiempo más entretenido.

Cuando terminaba de arreglar y regar la huerta Luis se sentaba sobre un tronco caído, ya tan viejo como él, y allí de nuevo veía pasar el tiempo, los recuerdos de su vida se agolpaban en su mente. Como tantos otros de su pueblo y de la comarca, tuvo que abandonarlo allá por los años sesenta, se resistió todo lo posible, pero en una fábrica de Madrid se empleo hasta que vino al pueblo con su mujer cuando él se jubiló. Ella ya falleció hace unos años, su corazón ya no soportó un minuto más, sus hijos se quedaron en Madrid, pertenecían a esa gran colmena. Poco a poco, cuando la luz del sol se escondía, Luis mecánicamente, se colocaba su sombrero de paja y de nuevo se encaminaba hacia el pueblo con sus pasos entrecortados y lentos para ya meterse en casa y no aparecer fuera de ella hasta la mañana siguiente, bien prontito eso si, le gustaba madrugar, o no le gustaba estar solo en casa. El reloj de pared heredado de sus padres con su tic-tac, tic-tac, le martirizaba, hacia todo lo posible por quitárselo de su mente y aunque no le apeteciera nada para cenar, él se ponía a hacerse algo en la cocina, nunca le gustó, tampoco tuvo oportunidad de hacerlo, su mujer María le atendió y sacó a sus hijos adelante como pudo, eran otros tiempos, pero la echaba mucho de menos, y en lo que menos en esos menesteres, se sentía muy solo, las noches eran eternas, la Dama Soledad se instaló ya para siempre en su casa,tan silenciosa ella, de tan pocas palabras, y hace tan poca compañía.

A María, su esposa, la conoció en las fiestas del pueblo, era del pueblo de al lado y vino a casa de unos familiares a pasar las fiestas, quien lo diría, desde que se conocieron fue ya parte de su vida y, para siempre, única e irreemplazable. 

Terminada la cena, que podía durar casi una hora, recogía la mesa con la tranquilidad que le daba toda la noche, y con la amargura de tener que acostarse para no dormir apenas, la echaba mucho de menos, por egoísmo él hubiera preferido ser el primero, pero la vida no tiene ningún acuerdo con la muerte, Luis no se acostumbraba a ver esa casa tan vacía, tan silenciosa, se sentía prisionero en una cárcel de barrotes de frustraciones, soledad y amarguras… y ese maldito reloj… no para con su tic-tac, tic-tac, pero Luis no le forzaba a pararse, tal vez la molestia que tenía con él era lo poco rápido que marcaba su tiempo.

Pero la fatiga de sus años y la tranquilidad que le daba recordar en esos rincones ya casi olvidados del pasado, lograban dormirle. Esa noche soñó que por fin le llegaba la visita tan esperada, nunca pensó que fuera tan hermosa, vestida de un vaporoso blanco virginal, veía como se acercaba a él en la compañía de su amada, tantos años, esposa. La llevaba de la mano, la cara de María tenía la edad de cuando le dejó solo, pero irradiaba la felicidad de una novia junto al altar, no hubo palabras ni gestos por parte de ninguno, simplemente una lágrima recorrió la mejilla de Luis al sentir como cogía María su mano.

Luis siempre se preguntó como sería esa, su última visita. Durante su vida tuvo alguna que otra visita de alguna que otra dama con diferentes reputaciones, en sus primeros años de casado y con un hijo ya, le visitó la Dama Amargura, días duros de hambre, fue difícil echarla de su casa pero lo consiguió gracias a un gran caballero luchador llamado Tesón. La Dama Envidia nunca le visitó, Luis era muy consciente de su ser y de hasta donde podía llegar. La Dama Pasión se instaló para siempre en su vida, ¡como no sentir pasión por la vida y por todo lo que te rodea! La Dama Felicidad, esa si que es una señora dama, le hizo llorar muchas veces, el día de su boda y en el nacimiento de sus hijos y nietos, pero la perdonó esas lagrimas.

Tic-tac, tic-tac, el reloj despierta a Luis con un gesto de amargura, -los sueños, sueños son- piensa, pero con gusto no hubiera despertado. Como tantos días y años atrás,  se viste y emprende su paseo mañanero por el camino, entre las sombras de las enebras, que le lleva al cementerio.

Se cruza con su vecina la Luisa, como todos los días, que viene de rezar a su marido Antonio, la saluda, pero no recibe respuesta, malas jugadas nos hace a veces esta cabeza, -¿lo habré pensado solo, o no me habrá oído?-, Luis estaba aun un poco confundido con el sueño, no hacía más que pensar en ello, se sentía algo diferente y aturdido. 

En el cementerio rezó en la tumba de su esposa y como tantos días, como si ella le oyera desde allá donde estuviera, le contaba sus cosas, cosas sin importancia la mayoría de las veces, en esta ocasión le contó su sueño, y una nueva lágrima recorrió su mejilla, tal vez fue una lágrima de reproche contra esa dama que no le visitaba. 

Poco a poco, y apoyándose en su sufrido bastón, emprendió el camino abajo hacia el pueblo, camino lento y carente de emociones, todas se descargan cuando se llega a ese destino, cuando se baja ese camino solo tienes un vacío. A lo lejos ve  el pueblo y nota que algo pasa diferente a otros días, ve a sus vecinos algo alborotados y coches junto a su puerta, se sobresalta al acercarse y reconocer los coches de sus hijos, la voz de su interior le desgarra el alma, -¡Dios mio!- exclama, -¿que pasará?-, Luis no comprende lo que ve, tampoco asimila lo que siente al ver a sus hijos llorando y ver llegar un coche fúnebre y bajar un ataúd y meterlo en su casa. -¡Dios mío!, es para mi-.
-La visita tan esperada fue real, no fue un sueño, mi historia se vuelve a repetir, dejé mi corazón en mi pueblo cuando tuve que partir de él y ahora soy prisionero de él en cuerpo y alma, la Dama Muerte no cumplió lo pactado con la vida. ¡Dios mio, libérame!-


En esta ocasión me acerqué a un rincón de nuestra tierra segoviana, a un valle que lleva nombre de pueblo ¿o es el pueblo el que lleva el nombre del valle?
El valle de Tabladillo no se encuentra, se descubre por una pequeña carretera, según nos adentramos en él nos encierra entre sus paredes pétreas, refugio de buitres que toman el sol a primeras horas de la mañana sin perder de vista por estas fechas de invierno a los futuros navegantes del cielo segoviano que esperan en los nidos, aun prisioneros de su cárcel  blanca. Cincuenta y cinco días, aproximadamente, les incubarán desde su puesta en enero, para, a finales de verano, sentir el placer que envidiamos algunos de los humanos, volar como solo los buitres lo saben hacer, dominio total del medio.
Nos da la bienvenida el emblema del lugar, el pingocho de San juan, que lleva el nombre de un antiguo despoblado que en las cercanias se encontraba, del cual apenas quedan en pie unas ruinas de su ermita, no muy lejos de este lugar otro despoblado, Pajares, que se encontraba en el alto.


Al valle desembocan barrancos de entrañas blancas que extrajeron sus habitantes no sin mucho esfuerzo y que enlucieron palacios como el de la Granja de San Ildefonso y casas más humildes y no por ello menos honradas, por sus laderas pugnan la cumbre los atrevidos almendros en silencio, solo roto en primavera por algunos pajarillos y algún macho de perdiz reclamando un poco de amor entre tan árida y seca orografía vigilados por los pequeños  ventanucos de antiguas tenadas,palomares y colmenares que se cuelgan de cualquier oquedad o saliente en la roca para no caerse ladera abajo y que parecen mirarnos a nuestro paso. 
Por el valle discurre un arroyo que nace en el Barranco del Fraile, en un lugar llamado Valdesuso, el Arroyo del Valle que llaman los lugareños, que recorre todo el valle para encontrarse con el Duratón apenas unos kilómetros más abajo, no sin antes mover las ruedas de dos molinos en un pasado ya lejano y dar la vida a sus huertas, nogales y a esos árboles frutales y de ciruelas claudias tan conocidas en toda esta zona.
El nombre de Tabladillo tiene su origen en esos huertos, se les llamaba Tabula (medida de extensión), se empleaba antiguamente, era un pedazo de heredad que se siembra, su origen es romano y la procedencia del vocablo bien podía ser gallega o asturiana, probablemente el lugar de los colonos que se asentaron en estas tierras en tiempos de la reconquista.


Valle de Tabladillo es un pueblo escondido en un valle, es una pequeña porción del norte de nuestra Península Íberica enclavado en tierras castellanas, en mis visitas siempre me lo pareció y más en algún día de niebla o lloviendo, esas casas hechas de adobe, de delicada labra en sus dinteles de piedra, escalan las laderas, sus galerías que aun quedan en pie lo testimonian, las casas de nueva construcción se siguen haciendo con galerías, es de agradecer que no se pierda su identidad.
Continuando la carretera nos encontraremos con el Barrio de Arriba y el Buqueron, con los restos de su ermita de San Cristóbal y un buen paseo por el Cañon del Fraile que nos lleva hasta el pueblo de Castroserracin.


El valle de Tabladillo es otro de los bellos rincones desconocidos que se encuentran en nuestra tierra segoviana, un lugar lleno de encanto, de sabor a lo tradicional, de olor a aromáticas, de silencio compartido con almendros y centenarios nogales, de imágenes recogidas por nuestra retina que no se olvidarán tan fácilmente.

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La Senda de los Frailes



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