Calabazas de Fuentidueña es un pequeño pueblo perteneciente a la comunidad de Fuentidueña, de apenas cuarenta habitantes, una pequeña ermita dedicada a San Roque, abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias, y un templo en el Otero dedicado a nuestra señora de la Asunción,(sigloXVI), fuentes no le faltan, bodegas tampoco.
Pero lo peculiar de este pueblo es lo que alberga en su interior el templo, unos lienzos pintados con escenas de la pasión de Cristo colgaban desde el coro hasta el suelo, mi interés por lo impactante que me sugirieron esos lienzos y mi ignorancia me hizo preguntar, las respuestas llegaron: se llaman sargas por ese tipo de tela utilizado a modo de lienzo, velos de pasión, velos de Semana Santa y su uso era tapar los altares en Semana Santa, hasta el día de la resurrección que se retiraban, una tradición o rito ya perdidos.
Mi mente se precipitó a un pasado por momentos y un sobrecogedor escalofrío me recorrió el cuerpo, solo de pensar lo tétrico que sería el escenario, para los más jovencillos, velas humeantes, sombras proyectándose sobre esos lienzos, dándoles movimiento y vida, y el sonido de esos rezos o plegarias interminables de las más beatas, cubiertas con un velo negro, casi inertes, como fantasmas.
Así domina la religión al pueblo, con miedo y por otra parte, haciéndose los benefactores de sus buenas cosechas por intercesión del buen San Roque. 

QUE HERENCIA MÁS MALA NOS DEJÓ LA IGNORANCIA