Conoce tu comarca

Historias, leyendas y paseos por lugares de la provincia de Segovia.

He pensado que esta música puede quedar bien mientras leéis esta entrada, si la queréis escuchar dadle al play.



En esta ocasión me acerqué esta mañana de domingo a un valle donde hace ya siglos los visigodos también vieron en él un sitio agradable para vivir y morir, Ventosilla y Tejadilla, dos nombres que van siempre juntos, pues juntos se encuentran estos dos pueblos en este valle y mirados, desde lo alto, por el barrio de Las Casas Altas no sin cierta envidia por el paraje donde se encuentran estos, entre prados y arboledas, donde sus casas sin un orden ni un concierto disfrutan de lo que realmente es el campo puesto que más que un pueblo es un campo con casas. Entre este despropósito de pueblo se oculta la iglesia dedicada a Nuestra Señora de Tejadilla, dicen que es un románico tardío, que está muy reformada en siglos posteriores, que la nave está construida en mampostería, que es un poco tosca su decoración, pero que queréis que os diga, para mi es una de mis favoritas. ¿El por qué? pues en esa construcción se percibe la labor y el esfuerzo de un pueblo que en su momento levantó esta iglesia con pocos medios, me imagino, pero con mucho fervor.




La visión de un experto, por Syr (Salud y Romanico).

Ante todo, hay que tener en cuenta que el símbolo románico no tiene un único significado, sino que es polivalente, por lo que habrá que poner su significado en relación con el contexto, pues una misma cosa puede significar varios aspectos en relación con el entorno donde se ubique.

Este templo, es un ejemplar típico de la catequesis medieval del PECADO DE LA CARNE, La Lujuria, donde existen elementos positivos de redención a través de la iglesia, pues ese era el mensaje que tratan de emitir.




SIRENOS (NEREIDOS) DE DOBLE COLA.- Peligro de seducción a placeres concupiscentes. Voluptuosidad perniciosa y engañosa.



MÚSICO CON FLAUTA.- "Donde están los tocadores de flautas, allí no está Cristo", decía S. Isidoro.

OCAS AFRONTADAS.- Prevención contra las asechanzas del Demonio.

HOMBRE MESÁNSOSE LA BARBA PARTIDA.- Apego al mundo sensual y sentido lujurio
so.




ABUBILLA.- Bajas pasiones que se alimenta de gusanos (arriba de su cabeza) en el cieno y tarquina.

CABEZA DE BESTIA CON DENTADURA HUMANA.- Hombre pecador.

ZORRA.- Símbolo del mal, prostitución, lo infernal.


JABALÍ.- Animal inmundo, símbolo demoníaco.

ELEFANTE.- Símbolo de Castidad.

ARPÍA (SIRENA-AVE) Seducción, lo maléfico y contrapuesto a espiritualidad. Almas condenadas.




SERPIENTE CASCABEL.- Demonio, Perversión o Perfidia tentadora.

MÚSICO.- Sentido de disipación y lujuria.

ESPINOS.- Pecado.



HOMBRE ABIERTO DE PIERNAS CON TALONES JUNTOS.- Exhibicionista.

HOMBRE ABRIÉNDOSE LA BOCA CON AMBAS MANOS.- La Mentira.

DIÁCONO CON CÁLIZ.- La Bebida Espiritual. " sólo el hombre que acierta en su elección y bebe el agua de la vida, se salvará".



RELIGIOSO CON DOS BÁCULOS.- La Iglesia, símbolo de salvación.

GALLO.- Vigilia y tránsito de la oscuridad a la luz. Resurrección.

MÚSICO.- Disipación y Lujuria.



HOMBRE CON LENGUA BÍFIDA.- La Mentira, la doblez.

ACRÓBATA.- Distracción que aleja al hombre de su verdadero fin.

SERPIENTES ATACANDO.- Tormento y castigo del libidinoso y adúltero.



Mi más sincero agradecimiento a Syr por sus interpretaciones de los canecillos y todo lo que aprendo de él.

Aquella semana estaba trabajando en el pueblo del Villar de Sobrepeña. Un día necesité ayuda y un chaval mío vino a echarme esa mañana una mano. Terminada la mañana nos dirigíamos a casa a comer y bajando por la carretera en dirección a San Miguel de Neguera, en la curva junto a las Grajas, me dice el chaval:
- En esta curva, viniendo una noche sobre las cuatro de la mañana de Sepúlveda, casi me mato
- ¿Pero qué dices?
- Sí, un tío vestido de blanco estaba en mitad de la carretera, iba caminando y al salir de la curva me le encontré de golpe, di un volantazo para esquivarle y frené en seco el coche. Al mirar por los retrovisores a ver si le había atropellado o algo el tío seguía caminado hacia mí como si tal cosa, como si no hubiera pasado nada y yo casi me caigo por el barranco ¡será gilipollas!, me dije, o tiene una tajada que no ve...
En ese momento yo me callé, pero mi mente recordaba la historia.
- Jorge, ¿le viste los pies?-
- Me asusté´porque vi que venía hacia mí sin inmutarse siquiera, pero me asusté y salí pitando con el susto en el cuerpo, pero ¿por qué me preguntas si le vi los pies?
- Te cuento: la historia comienza ya hace unos siglos, en Sepúlveda....
....Un día de invierno, de ese invierno castellano, donde las heladas nos quiebran los huesos, cierto caballero, pasando por la iglesia de El Salvador, vio entre las arcadas de su pórtico algo acurrucado como buscando calor entre sus frías piedras. Al bajar de su caballo y acercarse distinguió, entre una manta raída o algo parecido, a un hombre pegado a su zurrón y le preguntó:
- Pero buen hombre ¿no ha encontrado posada?
Éste le contestó como pudo: no, caballero.
A pesar del frío el hombre que parecía muy joven sudaba como en el infierno deben sudar los pecadores. El caballero muy cristiano y muy buena persona, sin pensarlo dos veces, le ayudó a incorporarse y cogiendo como pudo ese saco de huesos se lo llevó a su casa. Durmió esa noche allí. El ama de llaves del señor lo atendió tres días hasta que pareció que daba señales de tener algo más de vida.
- Señor, señor, el fraile parece que viene en sí; pobrecillo, parece muy joven y es muy guapo.
- Le haremos coger unos kilos para que siga su camino -le respondió el señor-.
Si el tal hombre era un fraile, sus hábitos limpios por el ama delataron una identidad todavía incierta, pero, poco a poco, el novicio fue relatando su viaje:
- Salí de mi convento hace ya unas semanas y mi destino es el convento de Nuestra Señora de la Hoz, junto al río Duratón, pero si no llega a ser por la caridad del señor, para mí que no lo habría conseguido, ahora me encuentro mejor y no sé cómo agradecérselo.
- Nada, nada, tú ponte bueno y ya está.
Iban pasando los días y ya iban para seis los que, como un señor, se encontraba en esa casa cuando el caballero, viudo él, dio a conocer a su hija, tan joven y bella como un amanecer de primavera, y sentados a la mesa a cenar, una mirada furtiva a sus ojos les bastó para sentir lo que por su edad no tenían idea que existiera, sentimientos que hacían mucho daño al corazón.
- Dios mio, he pecado en pensamiento, he fallado a mis votos- El remordimiento de esa mirada no le dejaba dormir.
Creyó que el momento de la partida era ya mismo, cuanto antes, y cogiendo su zurrón se disponía a salir de su dormitorio de convaleciente cuando tuvo el encuentro con la hija del señor,
- ¿pero donde vais?-
El encuentro inesperado hizo de nuevo galopar su corazón.
- Dios mío, nos hablaron en el convento de los ángeles del cielo, pero ni en sueños los imaginé tan hermosos.
- Pero, ¿dónde vais? -insistió la hija del señor, acercándose casi hasta rozar su cuerpo contra él-.
- Sigo mi camino -acertó a decir cabizbajo, temblando como un perrillo pequeño cuando pierde a su madre-.
- Pero... -dijo ella titubeando-. Y acercando su mano la posó sobre el pecho de él.
Cómplices sus miradas, llegaron a ver mutuamente su pasión. El tiempo se paró y esos cuerpos jóvenes llenos de pasión, encadenados por convencionalismos, se rompieron y esa tarde se fundieron en ese dormitorio tanto que ni un perfume tenía cabida entre sus cuerpos desnudos. Tampoco las palabras tenían lugar. Sus cuerpos lo decían todo. El viaje del señor de la casa y la salida inesperada del ama dejaron culminar lo esencial y más humano de su naturaleza: el amor.
Y esa tarde de invierno fue primavera en esa alcoba y según pasaban las horas volvió el invierno con su cruda realidad.
- Debo irme, me esperan, volveré por ti fuera de estos hábitos -y ya anocheciendo puso camino hacia el Convento de la Hoz-.
Caminando por esa noche oscura ésta le encerró en sus más negros pensamientos. He fallado a mis promesas con Dios -pensó-. Pero, ¿cómo puedo haber caído tan bajo?
El camino se hacía eterno e insufrible pasado ya el pueblo del Villar de Sobrepeña. Sus pensamientos le destrozaban.
- Dios mío: dame fuerzas, ¿qué he hecho? ¿por qué este amor tan imposible? No te merezco. Mi cuerpo es débil pero no te fallará más. Y ahí, en esa curva, echó a correr hacia el abismo que arañó a la tierra el río Duratón y un grito desgarrador estremeció a las grajas que allí dormían.
- Dios mío ¡perdóname!
Y un hábito blanco enjugado en lágrimas dejó en su camino, tal vez el que tú vieras.
- Pero... ¿y el cuerpo del fraile?
- Te digo: nunca apareció
-¿Y la desconsolada hija del señor?
- Pues te sigo contando: días más tarde la noticia llegó a Sepúlveda y también a oídos de ella y ese mismo día se echó a las aguas del Duratón por Santa Cruz, o eso creyeron, pues allí dejó sus ropas. Buscaron sus cuerpos río abajo pero nunca se encontraron o si se encontraron nunca más se supo de ellos...







Llevábamos tiempo, Fernando y yo, dando vueltas al estilo del blog. Ya habíamos hablado en varias ocasiones que teníamos que hacer algunos cambios, que el diseño del blog era demasiado simple, pero nunca se nos había ocurrido hacer un cambio total de su aspecto. Estas vacaciones he tenido mucho tiempo para trastear por Internet, estoy en Asturias y ha estado lloviendo durante tres largos días. Buscando, buscando, encontré varias plantillas chulas para el blog y al final me decidí por esta que está bajo licencia Creative Commons. Aporta un aire vibrante y un colorido especial, es muy refrescante y como ha comentado Pilara en la entrada anterior "parece un cuaderno de campo y creo que va muy bien con las vivencias y emociones que nos quieres transmitir". El diseño inicial de la plantilla solo ha sido modificado añadiendo una pequeña etiqueta en la parte superior derecha en la que pone "Segovia" y un arco en el lado superior izquierdo. Aun faltan por hacer algunos pequeños ajustes como el tamaño y el tipo de fuente definitivos.
Creo que ha sido un buen regalo de cumpleaños para el blog y espero que sea del agrado de todos vosotros.

Uge



A veces, las cosas no son tal y como las vemos, sino como las queremos ver, este sábado volví a navegar por el valle del río Pirón, pequeño río en el que en sus aguas viven bermejas, cachos, alguna que otra trucha y ranas que croan al sol, creando sinfonías acompañadas por grillos y demás bichos que sin partitura llenan nuestros sentidos de campo. Según me acerco paseando a la cueva de la Vaquera -¿estoy soñando o mi imaginación me hace buenas jugadas?-, veo críos junto a sus madres semivestidos con pieles o algo así pero parece que ellos me ignoran o no me ven, ellos a lo suyo, parece que estén recogiendo la pesca de sus trampas, estas parecen estar hechas de mimbre como en forma de embudo. Mientras los críos, alentados por sus madres, no dejan de coger lo que se les pone a mano, cangrejos, ranas, nidos de pájaros, no es un grupo numeroso, son siete niños y tres madres, una de ellas lleva otro niño junto a su cuerpo en una especie de hatillo y en otra de ellas su embarazo es evidente. Se ve al grupo muy vivo, los críos son muy pequeños pero parecen alimañas moviéndose entre el agua, arbustos, zarzas y demás. ¡Que habilidad tienen cogiendo ranas! No se separan mucho de las mujeres y les llevan lo que cogen, una de ellas lo mete en un zurrón negro colgado de su cuerpo. Río abajo les dejo a lo suyo mientras me acerco a la cueva de la Vaquera analizo la escena vivida pero apenas lo asimilo, cuando me encuentro a unos cincuenta metros de la boca de la cueva, no la recordaba así tan al descubierto esa entrada. ¡Estarán los arqueólogos! !Pero que veo! Unos diez hombres y algunos más jóvenes empiezan a subir la ladera dirección a la entrada de la cueva, visten pieles como los que encontré en el río pescando y llevan un ciervo o algo así los dos primeros de la comitiva colgado por un palos largos, sera mejor no acercarme, algunos llevan también palos largos como armas, desde donde estoy veo bien todo, los noto muy contentos y alborotados y a su encuentro salen más críos, mujeres que les abrazan y, un poco mas retrasados, mujeres ya muy mayores y ancianos que levantan su palo en el que se apoyan para andar en señal de victoria. ¡Madre mía, no puede ser verdad lo que estoy viviendo!
- Esca son solo las nueve de la mañana ¿y en ese estado? Recapitulando, amoto, camino desde Torreiglesias, río Pirón, día de la romería de Santiaguillo que celebran los de Torreiglesias en la ermita rupestre, siiiiiiii esa que esta enfrente de la Vaquera, despierta ya-
- !Ufff! menos mal a mi otro Yo que me coloca en mi tiempo. Pues eso, lo que yo decía, alegría, algarabía, cánticos, celebración. ¿A caso ha cambiado tanto la historia?



Ermita de Santiaguillo



Momentos después de la misa, los asistentes bajan al prado prestado por los de Losana para ese día, pues a la coplilla me remito: Los moros de Losana /quien lo creyera /que cambiaron el santo / por la pradera.



El santo, una talla de madera, se trae momentos antes de la misa desde Torreiglesias, a donde es devuelto terminada esta. Me cuentan que cierto año bajándolo desde Torreiglesias en un remolque tirado por un tractor, junto con los músicos de ese año, al pasar las cuestas junto al caserío de Covatillas, volcó el remolque esparciendo ladera abajo tanto a los músicos como a la talla de Santiaguillo.


Devuelto Santiaguillo a Torreiglesias, dicen que terminada la celebración, cuando el valle se quedó desierto de gente, apareció por allí el Tuerto del Pirón, famoso bandolero por estas tierras y allí, en la cueva de la Vaquera, hizo lo propio con sus amigos, agasajándolos con un cordero asado por una boda que no pudo ser, la suya. Digo yo que de quien sería el cordero, antiguamente los bandoleros tenían ética, sería de la marquesa de Covatillas, no de ningún pobre.


Tal día como hoy, 25 de julio, las riveras del Pirón junto a su ermita de Santiaguillo no huelen a prados resecados por sol de Julio, tampoco a fresnos, ni chopos peinadas sus hojas por las suaves brisas de viento que recorren el valle y el croar de ranas y trinar de pájaros, abundantes en la zona, son acallados con más o menos fortuna por esa música y gentío que fundidos con esos aromas nos hace que sea un día diferente en este paraje olvidado durante todo el resto del año.

CANCION POPULAR A SANTIAGUITO

Cuando desde mi pueblo vengo a la ermita
Se me hace cuesta abajo la cuesta arriba
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo
Y cuando bajo, leré, y cuando bajo
Se me hace cuesta arriba la cuesta abajo.

No sé, no sé que tiene Santiago Apóstol
No sé, no sé que tiene aquí en el Soto
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo,
Que nos convoca, leré, todos los años
En este mes de julio para rezarlo.

El Valle del Pirón con la Vaquera,
La fuente Covatillas y las laderas,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito,
Tienen al lado, leré, lo más bonito
La gruta y la ermita de Santiaguito.

Perdona a los que un día en su ceguera
Nos cambiaron al santo por la pradera.
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado
Tenían entonces, señor, por más cuidado
Procurar alimentos para el ganado.

Pedimos hoy al Santo que nos permita,
Volver a visitarle aquí en la ermita
Que desde el pueblo, leré, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.
Que desde el pueblo, lere, le veneramos
Y en Torreiglesias fieles, no le olvidamos.


¡VIVA SANTIAGUILLO !


Como que no quiere la cosa, un día, hace ya dos años, me aventuré en este blog que conocéis y en el que he puesto todo mi empeño en trasmitir eso que me gusta, junto con mi amigo Uge. La experiencia ha sido francamente muy satisfactoria para mi, fue tal vez la escusa perfecta para que con una nevada de la leche llegara a Castrojimeno y pasear por la virginidad del pueblo blanco de esa mañana, casi con esa experiencia mereció la pena, pero como esa fueron unas cuantas. Como buscador algunas veces estamos lejos de encontrar, porque realmente no se sabe lo que se busca, tal vez lo buscamos a kilómetros de distancia y lo tenemos muy cerca, tan cerca como en nuestro interior, pero el vacío de un buscador creo que nunca se llenará. En mi caso, creo que soy polifacético, y he intentado, a través diferentes aficiones, encontrarme. Francamente, es difícil terminar lo que intento describir, tal vez un poco de lo que he intentado encontrar lo reflejen estas imágenes que se me quedaron por el camino en estos dos años, pero al verlas encuentro un poco el guión sin final de mi búsqueda y me pregunto ¿si alguien habrá puesto un final en su guión?



Este es mi río, el Duratón, algo grande para los pueblos por donde pasa y es que no es pa menos.






El CAMPO, ese tan grande y socorrido, se nos presenta siempre, en cada estación, con sus mejores galas para la ocasión. No defrauda nunca, tal vez, nosotros si le defraudamos a él.




Si algo me fascina, es el atardecer, es como morir poco a poco, dulcemente.




Esta es la pequeña iglesia de Castrojimeno, pueblo pequeño como la península donde se asienta. Cantidad de historias se podrían haber contado de esa mañana, una sola se me quedo, Soledad.




A veces alguien posa para ti, sí, le saqué la fotografía pero no me dejó su dirección para mandársela.






El románico de nuestros pueblos me hizo conocer amigos donde estas joyas tan poco reconocidas para muchos son lazos de unión. Recuerdos muy gratos de encuentros virtuales donde se materializan amistades a la sombra de galerías porticadas, recuerdos a Baruk, Syr, Fende, Pilara, Cavestany y señora, Alkaest y señora, Manuel Trujillo, Juancar, Eduard... ¡que cosas tiene este románico!




Bellos rincones de nuestros corrales de las casas, trasmiten serenidad, me transportan a tiempos donde vivir era obligado y duro, donde el no tener nada lo era todo.






Pueblos conocidos por mi de antes, pero desde otro punto de vista. Tienen el alma rota, sus señas de identidad se pierden, los queda el recuerdo de sus pistas de baile, de sus funciones, de huertos de tomates de sabores inigualables, lavaderos de mil risas y cotilleos, fuentes de un no dejar de echar agua por sus caños, bodegas con esa alegría que solo da el vino y una buena amistad, olmas donde la única sombra que dan es la de un pasado y es que en los habitantes que quedan, ya mayores en su mayoría, cualquier tiempo pasado fue mejor a pesar "DE"...



Navegando por la historia del río Pirón, partí desde Covatillas por ese puente tan sugerente que nos trasporta al pasado, días de paso de no tan notables caballeros, con no tan fieles escuderos, diligencias haciendo los viajes más cómodos a adinerados nobles y no tan nobles adinerados y, a veces, sorprendidos por un no tan famoso bandolero, el Tuerto del Pirón, que, según dicen por allí, se refugiaba en la cueva de la Vaquera. Rebaños de ovejas buscando pastos mas frescos y el agua del río, y el pastor la fresca fuente que allí, junto al puente, se encuentra y donde un almuerzo a su lado no es un almuerzo, es un festín.


Puente de Covatillas

El agua por esas tierras de montes de sabinas, encinas y robles se echa en falta y, buscando una salida de caminos a ese puente entre el monte, llegué a un lugar donde el río deja de ser prisionero de cañones de piedra para formar un valle donde se asienta Peñarrubias y donde una pequeña colina, al lado del pueblo, se eleva un poco más con el pequeño campanario de su ermita, bella imagen de esa colina coronada por ese románico del valle del Pirón, siempre sorprendente por sus tallas esculpidas en esas piedras rubias que en mi trayecto no vi más que áridas piedras y en esa ermita, como por arte de magia de algún alquimista del siglo XII pactando con el diablo, se convierten en joyas, joyas a cambio de su alma, pero le mereció la pena, su impronta en estas tierras será eterna.



En la ermita, ese día, se encontraba casi la mitad del pueblo, cinco o seis personas en total, son doce vecinos y me cuentan que están limpiándola, pues la han estado reparando un poco y también poniéndola una iluminación exterior (no contaremos nada de eso, ese fue el acuerdo) y que la función del pueblo es el próximo domingo, La Octava, y que esa ermita se llama de la Octava y que tienen una talla del siglo XII que es la única representación de la Virgen de la Octava, me dicen, y que

- ¿por qué no vienes el día de la procesión?
- Pues claro que si- les digo.

Su pila bautismal

Y allí me presenté el domingo después del Corpus y me emocioné con ese pueblo con mucha más población que en el día a día y que me dicen que como jóvenes no quedan, pues que ellos, los casados, por la noche de vísperas rondaron y pusieron la enramada a sus mujeres hasta la madrugada y que montaron los arcos de enramada para que su venerada Virgen de la Octava pasara por debajo de ellos y viera que su pueblo, bailando jotas al son de la dulzaina, el tambor y el tamboril, la seguía honrando como desde siglos lo hicieron sus antepasados, cuando Ella eligió su morada en esa colina junto a un pueblo que tiene raíces de pueblo y gentes auténticas, emprendedoras y hospitalarias.

Camino de la ermita, los dulzaineros hicieron la revolada por el pueblo anunciando la procesión y recogiendo a las autoridades

Momentos de la procesión, la cual llega hasta el pueblo
Finalizada la procesión y delante de la iglesia, se subasta el derecho a los palos de las andas de la virgen, otro tanto para ponerla en su trono dentro de la ermita, las pujas se suceden, esas aportaciones se emplearán en arreglos y necesidades de la ermita
Me cuentan que tienen en el pueblo un cocedero común y que en Semana Santa hacen los típicos bollos y demás caprichos para los golosos y que el horno,

- pues ¿que como va a ser? Pues de barro.

¡Que preguntas tengo yo también!

El potro de herrar bueyes también lo recuperaron, pienso yo que tendría trabajo el potro antaño, pues esos caminos que traje yo desde Covatillas se las traen.

Y ese Domingo de la Octava terminó con un buen recuerdo, de gentes que se preocupan de su pueblo y que al cambiar los tiempos saben adaptarse pero no olvidar su pasado y tradiciones.



Con estas entradas intento recoger vestigios de un pasado que no llegaron a nuestra actualidad, esta labor la comencé en diciembre de este año, creo que tengo para rato, pero pienso que es interesante recopilarlas. Las que os muestro en esta entrada tienen como punto en común que todas están en la zona de influencia del río Duratón, en el tramo del parque de las Hoces del Duratón de unos 23 kilómetros.

San Julián, termino de Castrillo de Sepúlveda, las penínsulas que se crearon en parte de la cuenca del Duratón fueron un atractivo durante tiempos pasados como asentamientos de diferentes épocas de la historia, la defensa de los moradores fue su principal argumento en forma de castros.



Imagen desde el interior del desaparecido ábside nos deja ver el cortado donde se asentaban sus cimientos, abajo una pequeña cripta con escaleras esculpidas en la roca.



Río abajo, nos encontramos con la Ventana del Diablo, aunque de medio punto, no es románica !que yo sepa claro!, en la lejanía Sepúlveda, pero eso es otra historia.


No podemos pasar por alto la Cueva de los Siete Altares, una intervención arqueológica resolvería muchos interrogantes al respecto.


Negueruela (o Negruela), restos de una iglesia o ermita junto al San Juan, a unos centenares de metros del encuentro de éste con el Duratón.


Un poco mas arriba se encuentra el despoblado de San Miguel de Neguera y esta es la fachada casa de los González.


Volviendo al cauce del río Duraton  y a un centenar de metros,cruzando el río,al abrigo de las paredes calizas, se encuentran los restos del despoblado llamado Casa Blanca,barrio de San Miguel de Neguera ,refugio de frailes hace tan solo unas generaciones atrás.
Buenas piedras de sillería,y un pequeño lagar,entre otras cosas despiertan la curiosidad,




 Siguiendo el curso río abajo,por el cauce derecho, están los restos de la ermita de la Calleja, antes,por debajo de la represa nos encontraremos otro lado del río las ruinas de lo que fue un molino harinero,Molinilla,se asienta a la sombra de una pared rocosa ,en la meseta se encuentran las eras,tapizadas de piedra,se enlosaban para no perder el grano,


Una de las joyas de la corona, el Convento de la Hoz.


Más abajo, Santa Engracia, solapas habitadas desde tiempos remotos y posibles necrópolis.


Otra joya de la corona, San Frutos, que aunque su ermita está en pie no su cenobio.


San Valentin, su cueva se desplomó hace tiempo pero queda el paso señalado por este arco.


San Vicente pertenece a Hinojosas del Cerro, una antigua calzada romana nos lleva hasta este lugar por el que la destrucción pasó, pero el tiempo no se, viendo el horizonte desde ese lugar parece que el tiempo por unos momentos da tregua y te olvidas de que pasa por un buen rato !es lo que tienen estos sitios!


Un consejo, si los visitas, al marcharte mira hacia atrás, tal vez no los vuelvas a ver nunca más.



Ver Lo que nos dejaron los de atrás en un mapa más grande




Casa de los González, fachada


Casa de los González, fachada

Casa de los González, cartel

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