Apenas han pasado las ocho de la mañana de una nueva semana, un nuevo día, que parece negarse a amanecer, solo el silencio es el protagonista, un gélido y blanco silencio que parece ser el único que está despierto. Poquito a poco los pueblos van despertando, abriendo tímidamente los ojos de sus casas, para más tarde abrir sus puertas, pero no todos los pueblos, algunos seguirán en silencio, un cruel y agónico, eterno silencio.