Acabo de llegar del pinar, son las fechas, me he dicho "no ha llovido a penas !pero es otoño!" el invierno llega y el instinto de recolector está patente.

Me dirijo al pinar de siempre, lugar fresco cuando llueve, pero el pinar se encuentra arido, cruje el barrujo a nuestras pisadas como si fueran patatas fritas, está muy seco todo, el cambio climatico ese, tan anunciado, parece haber llegado a nuestro entorno. Por estas fechas hace ya años se cogian nícalos debajo de la primera nevada de la temporada, lo recuerdo muy bien, doce de octubre, el año no lo sé y en 600 !los que cogimos! De pequeños ya nos llevaban al campo y, poco a poco, nos enseñaban esas setas venenosas y las comestibles. Ahora se sabe más del tema, nos dimos cuenta que esas setas grandes que las zubábamos con un palo no eran otra cosa que ese tan apreciado Boletus Edulis. También nos engañaron más tarde a toda la comarca recolectándolos para fines medicinales.


Buenos augurios, encuentro una Amanita Muscaria y algún que otro abultamiento por debajo del barrujo.

Esta rana de San Antonio sale entre la hojarasca, señal de frescura.

Bueno pues mi paseo no ha sido tan arido como esperaba, de pronto, entre el barrujo, veo emergente al señor de los pinares, el primero de la temporada. A mi me pone, creo que será la seta que más emoción me da encontrar y si es la primera.....

Estos son nuestros pinares respetémoslos y ellos nos darán sus productos, esos ahora tan codiciados y lujo en nuestras mesas.

Eh señores, que no se nos dio tan mal.