Voy a contaros una pequeña historia que me pasó ya hace unos años,pero no por ello olvidada, aquellos días fui a trabajar a un pequeño pueblo, está cercano al mio, a unos quince kilómetros aproximadamente. Se llega a él por carreteras locales sin mucho transito, un poco antes de llegar a él y en una curva desde la cual se divisa ya el pueblo desde ese pequeño altozano le vi por primera vez en ese lugar junto a la cuneta, acurrucado en su propio cuerpo, su cabeza buscaba refugio entre sus cuartos traseros, era septiembre y ya las noches eran frías a la intemperie, cuando pasé por allí bien de mañana levantó la cabeza mirándome al pasar.
De vuelta a casa, él, aún seguía en es mismo lugar y de nuevo al pasar volvió a mirar cuando pasé, apenas le dí importancia hasta el nuevo día que la historia se volvió a repetir a mi paso, y al otro también, mi extrañeza me hizo preguntar en el pueblo al contratista donde yo iba a trabajar, oye todas las mañanas cuando paso por la curva esa de arriba veo un perro, ¿es que no se mueve del lugar? ¿de quien es? ¿donde come?.... A mis preguntas las repuestas fueron obvias, por lo que creemos, me dijo, es un perro que han abandonado en ese lugar, lleva ya unas semanas y no hemos logrado traerle al pueblo por lo que algunos del pueblo le llevan comida y agua para que se alimente, se resiste a venir al pueblo, está esperando aun a su dueño por eso sigue día y noche, llueva o granice en ese mismo lugar donde le abandonaron, cuando oye un coche pasar, en un principio se levantaba caminaba hacia el coche moviendo el rabo en señal de alegría, pero parece que los desengaños ya son muchos y ya solo levanta la cabeza, mira con ojos penosos y vuelve a recogerse entre su cuerpo, esperando y esperando, fiel a su desalmado propietario.
Yo terminé mi trabajo en ese pueblo pero la  pequeña historia no termina,volví a ver al contratista y de nuevo pregunte ¿que pasó del perro abandonado? pues mira llamamos a la protectora de animales, al no ser la capital no era competencia suya nos dijeron, llamamos al Seprona y recibimos repuesta, el Ayuntamiento se debía de hacer cargo de cualquier incidente que se produjera a causa del perro abandonado, ¿pero como? un pueblo pequeño no tiene recursos ni lugar habilitado para ello.
Y el final de la historia llegó, el pobre animal perdió la fidelidad a su antiguo y desalmado dueño y poco a poco confió en los habitantes del pueblo que lograron que el pueblo fuera su hogar y todos los habitantes de ese pueblo fueran no sus dueños si no sus amigos, le cuidan y le protegen.
Y esta es la pequeña historia, una pequeña historia que tiene titulo, Fidelidad, pero que no tiene nombre,

Por favor seamos conscientes y fieles a esos amigos. Nosotros los elegimos, ellos a nosotros no, pero aún así siempre nos serán fieles.
Me gustaría con esta historia que  recordarais a ese amigo de vuestra infancia o juventud,seguro que no olvidasteis su nombre,los lametazos que os daba al veros llegar del cole,¡¡que recibimientos!!,apenas llevaba unas horas sin vernos y que alegría nos trasmitía y con apenas una caricia sobre su lomo le hacíamos feliz,creo que en el mundo de los perros también tendrán el sentimiento de felicidad, solo debemos mirarle a sus ojos,nos lo dicen todo solo su mirada,a veces tan profunda,tan tierna,tan desolada que nos ruboriza.

En los pueblos, el perro en las casa siempre ha formado parte de nuestra vida, era en parte necesario y por otra era casi otro mas de la familia,el Turco,el Rubio,el Bobi, este tuvo una muerte prematura,os cuento....,era cachorro tanto él como yo, vivia en la cuadra con el ganado,esa noche le quise dar una galletas y para que no se las pisaran los jamelgos solo se me ocurrió ponerselas en la bolsa y sujetarla por la cabeza para que nos la perdiera,al pobre Bobi le asfixió la ignorancia de mi edad,creo que fue el primer perro al que lloré pero no fue el único¡¡que atrevida es la ignorancia!!dice mi Pilonga que le decía un profesor suyo.
Pero el mio ,mio, le puse de nombre Sandro y apellido Giacobe,sí,como el cantante italiano romántico de los años 70 u 80 ,me le dieron de cachorro en el pueblo de Fuentesauco,y le llevé a casa metido en el casco de la moto,forma parte de mis recuerdos de juventud,pasamos la juventud a la mismo tiempo,me acompañaba siempre a las tareas del campo,y otros quehaceres,nos entendíamos casi sin decirnos apenas nada, era el amigo fiel, ¡¡tanto,te ofrece un perro y por tan poco a cambio!!
Os invito con estas historias a contar las vuestras y hacerles un pequeño homenaje ,recuerdo a esos grandes amigos.

NO TENGO FOTOS DE MIS PERROS MANDARME LAS DE VUESTROS PARA ILUSTRAR ESTA  ENTRADA

   
Esta es Kira la perrita de Uge, viendo la televisión al estilo Homer Simpson, ¡¡Que vida esta la de los perros!! se lamentaba un labrador segando en pleno verano viendo a su perro a la sombra del carro, cuando llegó el almuerzo no le pareció tan bien pues solo recibía los huesos sobrantes.


Este es Mongui, el amigo perro de Malvís, un sibarita de la buena vida como él, y es que dicen por aquí, que tarde o temprano el perro se parece al amo.