La primavera acude puntual a su cita cada año con sus mejores galas, nunca me decepciona, extiende sus colores por nuestros campos con sus atrevidas composiciones, que si aquí en este campo un poco de amarillo, pues allá el azul le viene bien a esas rocas, y en este prado tan verde pues unas florecillas blancas y otras cuantas amarillas, la jovial primavera nunca se equivoca, ella es así, no da puntada sin hilo. El verano deteriora sus obras y el crudo invierno, en nuestras tierras, acaba con su creación, pero ella no abandona sus campos, los nutre con sus encantos de buena decoradora y exquisito gusto. En muchas de las ocasiones que tengo la oportunidad de recorrer nuestros campos me fijo en ese suelo tapizado de flores, plantas y otras hierbas y pienso que muchas de ellas pasan desapercibidas o bien para nuestros ojos por lo diminutas que son o bien para nuestra percepción, nos fijamos en la rosa y no vemos sus espinas que la protegen y sus hojas que con ese color verde que tienen ayudan a realzar mucho más que por si sola a la rosa. Quiero decir con ello que nuestros paisajes se componen de infinidad de plantas, flores y demás hierbas que por muy pequeñas que sean tienen su función y que creo necesarias en el conjunto, que no reciben el agrado de nuestros ojos pero son imprescindibles en esa composición para que no le falte ni el más pequeño detalle a esta maravillosa creación de la primavera que no solo nos recrea la vista sino que nos aporta esa esencia que nos curará esta o esa otra enfermedad. La naturaleza es dueña de la mejor farmacia, donde guarda los mejores perfumes, las mejores medicinas para nuestras enfermedades, como también los más potentes venenos, creo que la amalgama de todos ellos son vitales, respetemos por ello a cada "hierbajo", quien sabe si son la cura de tus males.
Bienvenida Primavera que todo lo creas, siempre demandada, pero nunca suficientemente agradecida, gracias Primavera por venir este año también.




La amapola, emblema de los campos de Castilla.

Pugna el color de la pasión con el de la esperanza,
la fertilidad con el barbecho, la primavera con el invierno,
la tierra con el cielo, la vida con la muerte.
La primavera marchará, con sus mil colores,
solo quedará el viento del otoño
portador de temores y desconciertos.
Vuela, vuela, como alma de mariposa
allá donde te lleve.


Esta es la flor de la Zarzamora, muy frecuente en zonas húmedas y de ribera, muchas propiedades se le adjudican, como lo de una mancha de mora con otra verde se quita, sus frutos exquisitos, pero lo guardan muy bien protegiéndolo con sus espinas, y creo que por su aclimatación a cualquier terreno será la planta que más y mejor agarra, cosas del pastor Isidro de Sebúlcor, con tu permiso Isidro:
Cierto día, hace años y por estas fechas, estaba Isidro el Moro a la fresca del río Duratón llevando de careo a sus ovejas, churras por supuesto, en esa zona del río, paseantes y turistas del Termitero (Madrid, para que me entendáis) no faltan, entre tantos, dos parejas, las señoritas del Termitero, los caballeros de la zona, enseñándolas un poco los atractivos de la comarca. A las señoritas ya maduritas, les chocaba mucho la flor de la zarzamora y pretendían llevarse un esqueje para trasplantarlo, pero tenían la duda de si agarraría en un tiesto para ponerlo en la terraza del piso del Termitero, por lo que para aclarar dudas los caballeros de la zona las dijeron:
— Preguntar a ese pastor que conocemos, él seguro que sabe del campo más que nadie.—
— Señor pastor, esta planta con estas flores tan bonitas si nos llevamos un esqueje ¿usted cree que no se secará y agarrará?—
Isidro el Moro, un cachondo mental, echándose las manos a la cabeza — ¡Que si agarra!, mire señorita, esta planta cuanto más seca esté más agarra, compruébelo usted misma, después de unos años de tenerla al sol y a la intemperie, usted se desnuda, se abre de piernas, se pone el esqueje entre las piernas, seguidamente las cruza sin que se le caiga y luego tira fuertemente del esqueje y verá si agarra.—


En los pinares se suele dar esta planta, es un buen remedio para curar las indeseables almorranas, su raíz se corta, se envuelve en un pequeño atillo de tela de algodón y se lleva entre la ropa interior del silencioso sufridor de almorranas,
¿Efectivo?, los casos que conozco y el mío propio, cura total, cosas de brujería.


Este es el Gordolobo, altivo, muy señorial él y muy vistoso al amanecer, sus flores amarillas brillan espectacularmente a esas primeras horas de la mañana.
Antiguamente se utilizaba para pescar en el río Duratón en ciertos bodones donde se escondían los peces bajo la roca descarnada por el rió a su paso, se cerraba el paso del agua con céspedes y piedras, evitando que el agua ni saliera ni entrara por ese lugar o desviando su cauce. Preparado todo se golpeaba el Gordolobo lo más posible sobre la roca que quedaba por encima del agua para que sus esencias cayeran al agua estancada, en pocos minutos los peces salían de sus escondites quedando flotando sobre las aguas a merced de los pescadores que empleaban esa artimaña para cogerlos, esta práctica esta prohibida en la actualidad.

Con los primeros rayos del amanecer y de espaldas al sol, se arrancaba y de rodillas, se decía:
Buenos días Gazapeo
tu me miras ,yo te veo
con la gracia que tu tienes
y la que Dios te ha dado
haz que se caigan los gusanos
al animal (se citaba al animal y a su dueño).
Y se tiraba hacia el sol por encima de la cabeza, seguidamente se salía corriendo no mirando hacia atrás.
Gracias Ole de Sebúlcor, el pueblo de los Brujos, por esta aportación.


Unas cuantas más, difícil empresa fotografiar a todas, disculparme las que no salís en este blog, pero saber que yo también os quiero.


Unas florecillas, tan delicadas como efímeras.


Aromáticas como el Espliego o Lavanda, antiguamente, hace ya unos cuarenta años se recolectaba por los meses de agosto y septiembre por los lugareños y se lo compraba un señor venido de Murcia que con su alambique sacaba la esencia, en esta tarea me contaron los que lo recordaban que se segaba la parte de arriba solo y que empleaban a cantidad se personas mayores y chavales, bien venían unas perrillas extras en esos tiempos.


Rupícolas; Zapatitos de la virgen, Siemprevivas, Sedos y el conocido, y empleado en infusiones por aquí, como de Té de Roca, que no es tal puesto que no tiene teina, su nombre exacto es Jasonia Glutinosa. La roca, desnuda en invierno, se embellece en primavera con multitud de plantas y flores que se agarran a ella como lapas buscando sus nutrientes.


Paisajes de peonías en las Hoces del Duratón, su floración muy efímera, solo nos deleitarán nuestros sentidos un par de semanas.


Paisajes de cereal, uno de los alimentos básicos en la dieta del hombre, poco valorados los que hacen posible la producción.

Un mar de pinares se extiende por nuestra comarca perdiéndose en el horizonte.


Los tenemos albares, con sus piñas repletas de piñones de consumo, son los menos en nuestra comarca y los que se aprovechan para madera y de nuevo el producto de la resina abandonado hace 30 años su recogida.Este es el enebro que está junto al deposito antiguo de Villar de Sobrepeña, dicen que cura los orzuelos, simplemente debes tronchar una yema de sus ramas, cuando esta esté seca, tu orzuelo se quitará. También cura los clavos, debes coger tantas garullas como tantas cabezas tenga el clavo.
Pero claro todo esto son hechizos que por uno mismo no funcionan, necesitan la intervención y los rezos de los descendientes de antiguos druidas celtibéricos amantes de la naturaleza que por la zona vivieron en sus castros a lo largo del río Duratón, ahora ruinas apenas perceptibles.Aun en los pueblos queda algún que otro descendiente de druidas que como buen druida no sueltan prenda de sus hechizos, magia y sabiduría nada más que a sus descendientes, y oralmente.
Y es que en mi comarca la magia todavía existe, se palpa, se siente en sus miradas que analizan tu interior y ya no solo hablando con los druidas sino paseando por ciertos lugares que crees solitarios y nada más lejos de la realidad, miles de ojos expían tu comportamiento en la naturaleza, ojos delatores que darán cuenta de ti si no eres humilde y correcto con tu madre Tierra, pero claro para sentir esto es necesario algo que no está al alcance de muchos, amar la tierra donde vives.