Verdaderas joyas de nuestro patrimonio, ese tan expoliado durante tanto tiempo, pero con las pilas bautismales no pudieron esos guardianes de los templos y perduran impávidas en sus lugares desde hace siglos. Algunas de ellas se las llevaron temporalmente a exposiciones y vinieron devueltas a sus lugares con alguna rotura, se lamentan los del pueblo. Son el orgullo de los lugareños, te la muestran con altivez (no es para menos). En tiempos pasados tenían mas visitas, la natalidad en los pueblos venía acorde de sus necesidades, estos actuales son poco fructíferos en los asuntos de la natalidad y digo yo que no será por ganas, pero nuestros pueblos son de demografía adulta y los mozos y mozas casaderos no están por la labor. En fin, que se le va hacer.
Os muestro en esta entrada unas cuantas en desuso.



Sebúlcor


Cobos de Fuentidueña

Losana de Piron

Tenzuela

Sacramenia

Cozuelos de Fuentidueña